martes, 18 de diciembre de 2007


Cuando llegue la hora...

Manifestación de Cristo del año 1998



Primera parte


«Yo Soy la Verdad. La luz de los Cielos es la luz que se manifiesta, la luz del Cristo de Dios, que Yo Soy.

Yo os traigo Mi paz y Mi amor.

Oh ved: Quien aspira a la Verdad, abre su corazón para la Verdad, y la Verdad, que Yo Soy, no se hace esperar: ella sirve, ayuda, desata y redime. Pero quien no abre su corazón para la Verdad, tampoco puede recibir de la Verdad, que Yo Soy.

Oh ved: La luz que se manifiesta irradia a todos los hombres. La luz que se manifiesta, que Yo Soy, irradia a todas las almas en los ámbitos de purificación, pues Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida. Siendo Jesús de Nazaret enseñé el camino hacia el Padre y como hombre lo viví como ejemplo. Como Cristo de Dios os manifesté y os manifiesto de nuevo el camino hacia el Padre, pero vosotros sabéis que Yo sólo puedo ofrecéroslo, seguirlo tiene que hacerlo cada uno de vosotros, hoy, mañana, en el próximo tiempo o en las próximas generaciones. O sea, que depende de vosotros mismos, pues poseéis el libre albedrío.

Algunos de vosotros decís: «Yo me encuentro en el camino hacia Dios, mi Padre». Pero si se le pregunta: ¿vives en paz con tu prójimo?, bajo ciertas circunstancias dirá: «Sí, yo vivo en paz.» Cuando se sigue preguntando: ¿vives en paz con tu prójimo en tus sentimientos, en tus sensaciones, pensamientos, palabras y obras?, alguno que sea de corazón sincero, se golpeará entonces el pecho, y quizás diga: «No siempre». O puede que diga: «No lo había mirado hasta ahora de esta forma. Yo siempre pensé que estaba en paz con mi prójimo, pues pienso bien de mis semejantes. Yo hablo bien de ellos y mi comportamiento seguro que corresponde a los mandamientos de Dios.»

¿Pero cuál es el contenido de vuestros pensamientos, vuestras palabras y de vuestro comportamiento, visto globalmente? ¿Cuál es el contenido de los cinco componentes sentir, percibir, pensar, hablar y actuar? Esto es lo decisivo.

Oh ved, vosotros habláis, habláis y habláis. ¿Sabéis realmente lo que decís? Vosotros pensáis, pensáis y pensáis. ¿Sabéis realmente lo que pensáis?

Oh reconoced y captad en vuestros corazones, ¿no es ilusión mucho de lo que consideráis positivo? Quien cree que este mundo es la verdad, vive en la ilusión. Quien cree que su comportamiento corresponde a la verdad, vive en la ilusión.

Oh ved y captad en vuestros corazones una imagen: Os encontráis a orillas de un río. Miráis el agua y veis el reflejo de todo aquello que se encuentra en la orilla, posiblemente casas, arbustos, árboles, hierbas. Si una persona que os acompaña os dice: «¡Salta al río, y sostente de este árbol!», vosotros diréis: «Esto es ilusión, es sólo un reflejo». Y si os armáis de valor y os arrojáis al agua para sosteneros del árbol, os daréis cuenta de que es imposible. O bien sabéis nadar, u os hundís. O sea, que no hay asidero en este reflejo. De forma parecida ocurre con la materia. No importa a qué os agarréis, al árbol, al arbusto, a personas, a bienes y posesiones - todo es sólo ilusión.

Oh ved, los contenidos de vuestros pensamientos, palabras y actuaciones son decisivos, pues estos son las fuerzas de registro que entran en vuestra alma y en los planetas de registro correspondientes. También vuestro lugar de destino, que seguramente no es casualidad, es ilusión. Con vuestro trabajo podéis ganar dinero, compráis esto y aquello. Creáis vuestros productos, creáis un así llamado hogar o heredáis de vuestros padres, de familiares o conocidos. Pero lo que poseéis, ¿es realmente vuestra posesión? ¿Lo llenáis con los contenidos de vuestros comportamientos? ¿O vuestro hogar, vuestro lugar de destino, vuestro dinero y vuestros bienes son vuestra posesión? Entonces podéis estar seguros de que esto es ilusión.

Muchos se crean riquezas, poder y prestigio; ellos se solazan en su ilusión. Pues el que es rico puede tener quizá un alma pobre. Y el que ha conseguido prestigio, bajo ciertas circunstancias no será visto como alma en el Más allá. Todo es ilusión. Si os atáis a personas para beneficio vuestro, como almas no las encontraréis más. O sea, que es una ilusión.

Oh ved, igual sea donde también os atéis a la materia, a personas, a bienes y posesiones, a prestigio, a riquezas, a beneficios, a herencias y muchas cosas más - todo es ilusión.

¿Qué es real? Real, tal y como lo entiende el hombre, no es ni mucho menos la verdad. Lo real es que lo que ocurre en vuestros componentes, Yo lo denomino globalmente vuestro comportamiento general, lo grabáis, es lo que será vuestro lugar de destino tras la muerte física. ¿Los conocéis? Pocos son los que los conocen, pues apenas si os conocéis a vosotros mismos, ya que no os dais cuenta de los contenidos de estos cinco componentes. O sea, que vivís en lo temporal, y vivís así en la ilusión.



Continúa...

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